Por Aurelio Nicolella (*)
Y hoy en este 2017 los argentinos estamos viviendo más que
viendo, una de esas películas del cine negro de los cincuenta, con un guion
extremadamente cruel. La desaparición forzada de Santiago Maldonado, de
confirmarse que la Gendarmería Nacional como fuerza del estado estaría
comprometida en esa desaparición más la negativa de la Ministra de Seguridad de
la Nación de que ello no fue así y no poner inmediatamente a disponibilidad a
los miembros de la fuerza que intervinieron ese 1° de agosto en represión de
una protesta en el “Pu Lof” mapuche de Cushamen, provincia del Chubut, haría
que se encuentre configurado el delito más grave que hoy tiene el Código Penal
de la República Argentina.
Es importante reiterar que el gobierno argentino negó haber
detenido a Santiago Maldonado, tanto a través de la ministra de Seguridad,
Patricia Bullrich como por el propio presidente Mauricio Macri, y sostuvo que
no existen indicios que puedan vincular a la Gendarmería Nacional con el hecho,
pero como dijimos al principio “el cerco se cierra”.
Todas las hipótesis fueron desechadas, algunas por ridículas otra
por inexistentes:
. Se dijo que Santiago Maldonado estaba en Chile y no estaba;
. Se dijo que lo había llevado un camionero a Entre Ríos y no
lo llevó;
. Después se dijo que lo vieron en un mercado y era
mentira;
. Que paso a la clandestinidad, para perjudicar al gobierno
nacional;
. Se afirmó que Pablo Nocetti estaba de pasada el día del
operativo de represión aquel 1° de agosto y resultó ser el jefe del mismo;
. Lo peor se dijo y se sostuvo que había atacado a un
puestero, y que los mapuches lo hicieron morir y hasta foto del cuerpo en la
morgue se mandaron por las redes y se comprobó que todo fue una invención de la
imaginación.
. No se pensó ni un rato en la pobre madre y el pobre
hermano.
Desde el martes a la mañana el tema de la desaparición se convirtió
en una cuestión de estado para nuestro presidente Mauricio Macri, tuvo que ver
que la marcha del viernes 1° de septiembre a un mes de la desaparición de
Santiago tuvo repercusión mundial, no así el “acting” de la represión y los
disturbios posteriores, que solo unos pocos en el país se lo creyeron, es que
no aprendimos los argentinos y el gobierno que al mundo en la era de la tecnología
de internet no se lo engaña fácilmente.
El cerco se cierra y como en esas películas del cine negro
que hacíamos alusión, a la ministra Patricia Bullrich no le queda mejor el traje
de la mujer fatal.
Muchos piden, entre ellos los familiares de Santiago Maldonado la renuncia inmediata de Patricia Bullrich y su procesamiento de rigor de acuerdo a las normas vigentes, no nos podemos amparar en el hecho de que porque la ministra este trabajando bien el tema del narcotráfico, esto le de inmunidad con respecto a lo otro, porque con ello estaríamos en la falacia de quién es buen conductor y respeta las normas de tránsito le debemos perdonar la violencia domestica que ejerce sobre su cónyuge.
Por eso para la investigación de la desaparición de Santiago
Maldonado y para el gobierno nacional el problema hoy, es la Ministra de
Seguridad de la Nación, los ministros son fusibles, para eso estan, ¿acaso no hay quien
reemplace a la ministra en la lucha contra el narcotráfico?, de ser así eso sería grave
para el gobierno tan grave como no tener un plan “B” para la economía.
Es una lástima que se haya llegado a un punto donde ya no hay marcha atrás. El presidente no puede esperar más, seguir manteniendo a la Ministra Bullrich en el cargo le ocasionara perder credibilidad ante propios y ajenos, ya es un tema grave el no poder asistir ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.) por más que lo reemplace la vicepresidenta y se quiera justificar la ausencia por problemas de la operación de rodilla, se vuelve aclarar en la era de la tecnología de internet no se engaña fácilmente más a nadie.
En el caso Santiago Maldonado como en las películas del cine
negro, los finales suelen ser agridulces, solo nos falta saber si la “femme
fatale” (la mujer fatal) que aparenta inofensiva, podrá evadir el cerco de
la justicia y de la verdad.
(*) Aurelio Nicolella, es director del blog "Magazine Observador", abogado y periodista italo-argentino.